Artículos escritos por Enrique Aguilar sobre el desarrollo de la consciencia y la TERP - Terapia Expresiva de la Risa Profunda -

miércoles, 2 de enero de 2013

La Risa Profunda como vía de transformación

Evolutivamente, la risa es una forma de comunicación preligüística orientada a establecer lazos de confianza entre los miembro de un grupo, aliviar las tensiones producidas y mantener a la comunidad unida.

Además de esta función social, la risa es un mecanismo natural que cumple una función orgánica: reducir las tensiones corporales derivadas del exceso del miedo, y en general, equilibrar todos los sistemas del organismo, en especial el nervioso.


La Terapia Expresiva de la Risa Profunda (TERP) tiene el mérito de aportar un riguroso encuadre terapéutico y un sencillo sistema de trabajo corporal para acceder voluntariamente y con consciencia a los profundos beneficios que ofrece la risa.
No obstante, la experiencia de la risa profunda a la que nos referimos con esta práctica es algo diferente a la risa social que todos conocemos. La risa social está provocada por algún acontecimiento externo: un chiste, una situación absurda, etc. Sin embargo, la risa profunda, si bien su comienzo puede ser inducido por una circunstancia externa, su evolución y profundidad depende de la intencionalidad y voluntad de la persona.

La risa profunda nos sumerge en un ligero trance. Cuando una persona se inicia en esta práctica comienza por aprender a sumergirse en este trance, experiencia al alcance de cualquier persona. El aprendizaje en sí mismo es una gran oportunidad de crecimiento, puesto que para entrar en este trance, es necesario soltar creencias y el control que provoca el miedo a lo desconocido.

Adentrarse en la risa profunda implica una "muerte psicológica", es dejar al ego por un momento para viajar por territorios instintivos, libres de la carga cultural. La propuesta de la risa profunda implica una actitud de entrega. Esto a nivel corporal es permitir que el cuerpo se exprese libremente, dejarle hacer. Operamos entonces desde el núcleo de nuestro cerebro (el cerebro instintivo) facilitando entre otras cosas que lo reprimido tome una forma expresiva.

Para acceder a la risa profunda preparamos el cuerpo con unos determinados movimientos, respiraciones y bailes orientados a desbloquear y movilizar la energía. Luego todos los participantes se tumban en el suelo boca arriba con los ojos cerrados formando un círculo. Se crea un campo energético en el que todos los participantes resuenan y se contagian con la risa o con otras expresiones emocionales.

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